
Migración de Centroamérica hacia México
Mucho se ha puesto en discusión en la opinión pública de nuestro país el tema del fenómeno migratorio que se da en la zona norte de nuestro territorio: mexicanos, tratando de cruzar por cualquier punto fronterizo hacia lo que se ha denominado “el sueño americano”, que son víctimas de la violación de sus Derechos Humanos. Pero, ¿qué pasa cuando miramos hacia el sur de nuestro país y nos damos cuenta que la situación que viven los migrantes centroamericanos (que, también buscando el “sueño americano”, cruzan ilegalmente la frontera de sur de nuestro país) es aún mas precaria que la sufrida por nuestros connacionales? ¿Por qué no se pone a discusión en los principales noticieros de nuestro país? ¿Por qué no pasa por la opinión publica?
En este pequeño ensayo hablare sobre algunos de los atropellos en contra de indocumentados que cruzan a México, procedentes de Centroamérica, y del por qué el asunto (en mi opinión) no es puesto a discusión en la opinión pública.
Las dos riberas del río Suchiate, Tecún Umán (en Guatemala) y Ciudad Hidalgo (Chiapas), son los lugares donde más riesgo corren los indocumentados. Ahí son presa de asaltos, insultos, golpes y robos por parte de militares, policías municipales y estatales y polleros de nuestro país.
La mayoría de las denuncias a estos actos se han realizado gracias a la ayuda del padre Alejando Solalinde, creador del albergue para migrantes de Ixtepec, Oaxaca, quien se hizo célebre cuando en enero del 2007 fue agredido y encarcelado durante horas por defender a un grupo de inmigrantes de una golpiza que les propinaban policías municipales. Los asaltos en el río Suchiate no es algo esporádico, ahí hay tarifa, de entre 50 y 500 pesos por persona que hay que dejar a los militares para pasar. De enero al 31 de mayo del 2007 se recibieron en el albergue a 2940 migrantes centroamericanos, de los cuales 1487 habían sufrido robo por delincuentes y muchas veces por militares de Ciudad Hidalgo, en la frontera con Guatemala. Pero solamente se tenían 105 denuncias firmadas, por que muchos no quieren firmar su testimonio.[1]
Presento uno de estos testimonios:
“Todos se agruparon atrás de Gerson. Como si fuera un escudo, los tres inmigrantes se hicieron bola detrás del pandillero, que encaraba solo el fusil que tenía a pocos centímetros. Ante la orden de uno de los dos militares, Gerson no quiso arriesgar más y dio la indicación a los de su retaguardia: “Saquen 200 pesos cada uno y dénmelos”. Gerson, el hondureño de 31 años, asegura que pensó un momento antes de entregar los 800 pesos. Vio a un lado y no había más que el río Suchiate, el que divide, en la zona sur de la frontera, a Guatemala de México. Al otro lado ni siquiera era necesario ver: había un fusil de cargo y un hombre de uniforme verde olivo detrás, flanqueado por otros dos más que estaban desarmados. El pandillero entregó el dinero. Los tres, en fila india atrás de Gerson, hicieron el amago de irse. Entonces, uno de los militares desarmados pronunció la frase que a punto estuvo de parir una pelea a orillas del río: “Nos van a dejar a la chamaquita”. Se refería a Ana, la muchacha de 21 años que estaba asida del brazo de Mario, su novio salvadoreño de 23 años. “Les dije que no, compa, que si querían a la muchacha nos iban a tener que matar a los hombres”, relata Gerson.”[2]
Así como éste hay muchos testimonios, pero por que son desconocidos para los ciudadanos de nuestro país, por que no se le da el mismo eco que tiene la situación de los migrantes mexicanos al norte del país. Los militares niegan todo y los migrantes siguen dejando su dinero al desembarcar de los cayucos que les cruzan el afluente. Se le preguntó a la Secretaría de Defensa, vía acceso a la información, a cuántos militares habían sancionado por haber asaltado, golpeado o violado de cualquier manera los Derechos humanos de un indocumentado. La repuesta recibida el 10 de julio del 2007 fue contundente: según información de ejército, solo han sido sancionados dos elementos, el 3 de marzo de 1998, en Mazatlán, estado de Sinaloa, por haber extorsionado a 19 civiles indocumentados por la cantidad de 800 pesos y 20 dólares.
Por supuesto que se va a negar que miembros del ejército nacional, que es el que se supone esta encargado de salvaguardad la seguridad nacional, sea responsable de actos de violación a los Derechos Humanos, pues no puede ser desacreditado de esa manera. Donde quedaría la envergadura que posee. No se puede hablar de ello.
La subregión de Centroamérica y México es una zona de importantes flujos migratorios que cruzan las diversas fronteras. Las personas que migran de manera irregular se exponen a condiciones perjudiciales para su salud y su seguridad. La situación se agrava cuando los flujos migratorios están compuestos de niños, niñas y adolescentes que viajan solos.
En 2007, en la frontera sur, más de 5,700 niños, niñas y adolescentes centroamericanos fueron repatriados desde México a sus países de origen (Guatemala, Honduras, El Salvador Nicaragua).
La migración de niños y niñas no acompañados es muy compleja. Las rutas de cruce son cada vez más peligrosas, los niños migran para tratar de reencontrarse con sus padres, lo que los lleva a cruzar las fronteras en condiciones poco seguras. Algunos de los peligros a los que están expuestos son: el tráfico de indocumentados, la trata, la explotación sexual comercial infantil, la explotación laboral, la separación de familias en los controles migratorios.
A pesar de las dificultades para contar con cifras exactas, el Pew Hispanic Center[3] estima que aproximadamente 8.7 millones de migrantes irregulares se encuentran viviendo en los Estados Unidos.[4]
Otro problema al que se enfrentan los migrantes es al abuso de los polleros. Los polleros cobran a los centroamericanos para cruzar el país de entre 4 mil a 6 mil dólares. Pero en este abuso hay responsabilidad compartida. Si el pollero es el vendedor de un servicio, muchas autoridades mexicanas son sus agentes de publicidad. El de que un migrante vive al cruzar México sin documento es el mejor motor del negocio.
Según un reportaje de la revista Día Siete este negocio genera al año casi lo equivalente al presupuesto total de algunos gobiernos centroamericanos. Un estudio que aún está en marcha por parte del Instituto de Ciencias Penales (Inacipe) puso ya una cifra al fenómeno: el negocio de los polleros sólo en la frontera entre México y Estados Unidos genera al año, como mínimo, 2 mil 748 millones de dólares. Vale recalca: solo en la frontera. Vale señalar: el presupuesto general de El Salvador para el 2008 es de 3 mil 342 millones de dólares. Y eso es lo único que se puede determinar, pero cuando se dice que 2 mil 748 millones de dólares es lo mínimo es porque en realidad el negocio del tránsito ilegal de personas puede estar generando tres veces mas que eso.[5]
Tomando en cuenta todos los datos anteriores, creo yo que éste es un fenómeno que no pasa por la opinión pública debido a que hay un blindaje perfecto. Estamos hablando de un “negocio” que genera miles de millones de dólares al año, de esa cantidad, estoy seguro que una parte debe de ir a los bolsillos de militares de alto rango y de funcionarios que logran que no se lleve al debate el tema.
Mientras los migrantes centroamericanos sufren, otros por su parte crecen sus bolsillos, y el debate y la critica que se debe de generar en la opinión pública no existe.
Bibliografía.
Martínez, Oscar. La cuota del Suchiate. Día Siete no.379, pp.43-48.México. El Despertador, Noviembre 2007
Martínez, Oscar. El colmillo de los coyotes. Día Siete 392, pp.24-29.México, El Despertador, Febrero 2008.
Pew Hispanic Center, “The Size and Characteristics of the Unauthorized Migrant Population in the U.S.”, March 7, 2006.
http://www.unicef.org/lac/media_11456.htm
[1] Martínez, Oscar. La cuota del Suchiate. Día Siete no.379, pp.43-48.México. El Despertador.
[2] Martínez, Oscar. La cuota del Suchiate. Día Siete no.379, p44.México. El Despertador.
[3] Pew Hispanic Center, “The Size and Characteristics of the Unauthorized Migrant Population in the U.S.”, March 7, 2006
[4] http://www.unicef.org/lac/media_11456.htm
[5] Martínez, Oscar. El colmillo de los coyotes. Día Siete 392, p.26.México, El Despertador.


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